Se conoce como primeros auxilios a todas aquellas medidas terapéuticas que se realizan de manera urgente y que deben de aplicarse en víctimas de incidentes o enfermedades que se presenten de forma repentina y que pueden poner en riesgo la vida de una o más personas. Por ello, el principal objetivo de los primeros auxilios es salvaguardar la vida de la víctima; para, posteriormente, aliviar el sufrimiento y evitar que el estado del afectado se deteriore. Los primeros auxilios representan el primer contacto que una persona accidentada o en peligro tiene con procedimientos médicos.
En todas las medidas terapéuticas y acciones llevadas a cabo en los primeros auxilios, es esencial tanto conocer lo que debemos hacer como lo que debemos evitar hacer, puesto que realizar una acción de manera incorrecta puede derivar en un daño severo al estado de salud de la víctima. Por ello, si no conocemos las acciones que debemos aplicar en caso de un accidente, debemos evitar a toda costa intentar realizarlas.
Algunas de las emergencias que requieren la aplicación de los primeros auxilios de manera inmediata son: hemorragias graves, asfixia, insolación (sobre todo en niños o en personas de la tercera edad), mordeduras o ataques de animales venenosos, fracturas y esguinces del tercer tipo, paro cardíaco, quemaduras, entre otras.