Se trata de un conjunto conformado por los seres vivos y todos elementos no vivos que forman parte del ambiente, estableciendo una relación de vitalidad entre ellos, su conformación y funcionamiento se estudia por medio de la ecología.
En los ecosistemas se lleva a cabo el intercambio frecuente y constante de energía y materia entre los seres vivos, a través de las ya conocidas cadenas alimenticias, es decir, las plantas utilizan la energía solar para sintetizar la materia orgánica, para ellas y para los demás organismos consumidores como los animales, alimentándose unos a otros.
Cuando algunos seres vivos mueren entran en acción otros organismos, los llamados descomponedores, como los hongos y las bacterias, dichos organismos transforman los restos de estos seres vivos en nutrientes para el suelo, los cuales son aprovechados por las plantas, dando inicio a un nuevo ciclo en la cadena.
Existen muchos tipos de ecosistemas, sin embargo, en nuestro planeta la mayor parte de ellos son acuáticos, porque más de la mitad de la Tierra está compuesta por agua, pero también hay ecosistemas terrestres; todos debemos preservarlos para cuidar la supervivencia de la especie.
A pesar de la importancia de los ecosistemas para la vida, en la actualidad su mantenimiento y desarrollo se ve afectado por la misma humanidad a través de acciones como la tala indiscriminada, los incendios, la pesca sin control, la caza, la contaminación tanto del suelo como del agua e incluso el cambio climático, causando daños en su equilibrio natural, afectando tanto el crecimiento como el desarrollo adecuado de todos los seres vivos.