Místico, curandero y consejero real, estas son tan solo algunas de las facetas de Gregorio Rasputín, un monje visionario que por su gran influencia y cercanía con una familia imperial Rusa, los Romanov, obtuvo no solo popularidad sino también la facilidad para acumular un buen listado de enemigos que se asocian con las conspiraciones que supuestamente dieron lugar a su misteriosa muerte.
De esta manera, el místico ruso Gregorio Rasputín también conocido como el monje loco además de establecerse como un personaje de origen campesino de gran admiración por sus poderes curativos también llegó a tener en sus manos el control del poder del gobierno pese a las opiniones en contra a causa de las orgías en las que se sabía que participaba.
Rasputín, el monje loco de Rusia
Tras haberse cumplido 100 años de su muerte, es mucho lo que se dice sobre este hombre, por supuesto algunas verdades pero también muchas mentiras y exageraciones. Nacido en 1869 en San Petersburgo, fue el quinto de nueve hijos y de acuerdo a lo que se sabe nunca aprendió a leer ni a escribir; si bien ingresó al monasterio con la idea de convertirse en monje, lo abandonó para contraer matrimonio con una mujer tres años mayor.
Gracias a su fama de curandero, llegó a la casa de los Romanov para intentar salvar al pequeño del hogar quien sufría de hemofilia, fue así como consiguió la confianza del núcleo imperial, sobretodo el de la zarina. Durante la época en la que el Zar Nicolás debió ausentarse, Rasputín empezó a tomar decisiones propias del gobierno, se dice que murió envenenado no sin antes predecir su propia muerte y la de la totalidad del clan líder del imperio.