Lo cierto es que la justicia ateniense contaba con un sistema tan bien estructurado que de hecho los juicios que llevaba a cabo pueden compararse con toda facilidad con los que pueden verse en la actualidad. Descritos como grandes espectáculos de dialéctica, muchas veces las posibilidades de ganar eran para aquel que al defenderse se expresara mejor y con mayor convicción bien sea a través de un tutor legal o por sus propios medios.
Con multas, muerte y destierro de por medio, las multas antes las sanciones propuestas por los jueces parecían huirle a la asignación de la cárcel como castigo pues así estaba estipulado en el poco entendido derecho griego.
Ir a juicio en la antigua Atenas
Usando el areópago como escenario para los juicios en la antigua Atenas, un reloj de agua era el encargo de medir el tiempo, un sistema creado a partir de un bloque de piedra ayudaba a seleccionar los miembros del tribunal que estarían a cargo y unas fichas de bronce eran empleadas para comunicar si se estaba a favor o en contra del acusado.
Ritos y costumbres tenían su propio espacio en medio de estos espectáculos abiertos a todo aquel que estuviera interesado y que por lo mismo se celebraban al aire libre. Acalorados debates en los que se alzaba la voz y se escuchaban gritos de apoyo finalmente deban lugar a la proclamación de los resultados tras la votación, algo que nos revela los orígenes del actual sistema judicial que nos rige.