Quienes han seguido la trayectoria, labores y actividades que encabeza el Papa Francisco, sabrán a la perfección que es una figura que representa en la actualidad la tradición de la misericordia crítica, es decir, una persona que por sus obras podría ser comparada hasta cierto punto con lo que se conoce de María Teresa de Calcuta.
Ahora bien, para ser más claros en torno a esa postura de la tradición cristiana y de la misericordia crítica del Santo Padre, hay que anotar para quienes no lo tienen muy claro, que consiste en un teología de la misericordia o en otras palabras, el apiadarse de la debilidad que experimenta el débil y hacer una crítica al poder de quienes es fuerte.
Por estas condiciones, el hecho de amar no puede ser reducido a un simple sentimiento como cualquier otro, sino que implica en reducir las condiciones del poder y de potenciar las habilidades y características del impotente.
De esta manera, la Iglesia Católica es un agente de la misericordia y de la gracia, pero desde una postura crítica en la que se vela por dar continuidad a cada una de las enseñanzas de Jesucristo, como por ejemplo en su crítica hacia los fariseos por no ser más que habladores.