El sobrepeso es mucho más que una problemática que afecta la parte estética de las personas, pues lo cierto es que esta excesiva acumulación de grasa en el cuerpo es sumamente perjudicial para la salud debido a que desencadena otras problemáticas asociadas tal y como es el caso de la presión arterial alta más conocida como hipertensión.
La gran afectación del sistema cardiovascular a causa de la obesidad, pasa factura a través de trastornos asociados que pueden ser realmente graves al punto tal de contribuir a la disminución de la expectativa de vida y puesto que la presión arterial elevada en la mayoría de los casos no presenta síntomas relevantes, esta dispone de todas las condiciones para fortalecerse y conducir a enfermedades cardiacas o derrames cerebrales.
La mortal mezcla entre sobrepeso e hipertensión
Estamos hablando de dos factores que por separado dan pie a un riesgo cardiovascular demasiado importante y que de presentarse al mismo tiempo potencian considerablemente daños en el corazón y en órganos tan trascendentes como el cerebro y los riñones.
Es un hecho que, de no controlarse, la hipertensión puede provocar un infarto de miocardio, un ensanchamiento del corazón y, a mediano plazo, una insuficiencia cardiaca; de otro lado, la obesidad trae consigo la diabetes, el cáncer y como es de esperarse, las enfermedades cardiovasculares, lo que ratifica que evidenciar las enfermedades que nos ocupan al mismo tiempo es algo que requiere de acciones inmediatas pues de lo contrario las cosas definitivamente pueden salirse de las manos.