Los monocitos son células que hacen parte activa del sistema inmune por lo tanto se establecen como elementos indispensables para la protección del organismo. Por lo anterior, cuando sucede un cambio en sus valores se asume como un indicador de que algo está ocurriendo siendo su lectura el punto de partida para que el profesional médico consiga asociar la sintomatología que maneja el paciente y establezca el correspondiente plan a seguir.
Puesto que los monocitos altos se asocian a enfermedades, cuando se descubre su incremento es inevitable que surjan todo tipo de dudas sobre el estado de salud que está manejando, por lo tanto explicaremos a continuación lo que puede llegar a advertir el incremento de sus niveles.
Monocitos altos y enfermedades
El hecho de que se trate de organismos protectores no quiere decir que tener monocitos altos sea algo positivo ya que de igual manera se está hablando de un desbalance que como cualquier otro abre paso a efectos adversos, los cuales en este caso se manifiestan a través de distintas enfermedades.
Cabe anotar que la elevación de los valores de monocitos recibe el nombre de monocitosis y que es un estado en el que el cuerpo se afecta de tal manera que empieza a manifestar decaimiento, fiebre e irritabilidad entre otras cosas. A esto se le puede sumar el desencadenamiento de infecciones virales, infecciones bacterianas como la tuberculosis o la sífilis, trastornos inflamatorios autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoide al igual que condiciones crónicas como variados tipos cáncer, entre ellos la leucemia. El común denominador de todas estas patologías será por supuesto el debilitamiento del sistema inmune.
Causas de la elevación de los monocitos
Una vez el organismo identifica algún tipo de amenaza que pueda llegar a dar como resultado una infección, en seguida la médula ósea incrementa la producción de monocitos para que asuman la tarea de dar la pelea necesaria para defender al cuerpo.
Lo anterior nos lleva a establecer que son las enfermedades las que ocasionan que estos valores se disparen, por lo tanto más que una afección o dolencia la monocitosis puede entenderse más que nada como un síntoma que permite lograr más fácilmente un diagnóstico. Cabe señalar que en los adultos los recuentos de monocitos mayores a 950/μL deben ser revisados minuciosamente junto a la historia clínica pues apuntan a señalar que el sistema inmunológico se encuentra alterado y pronto empezará a mostrar mayores complicaciones.
