Desde el final de carnavales, el día siguiente llamado miércoles de ceniza se puede considerar el inicio de la preparación a la semana santa, cuarenta días para reflexionar y conseguir nuestra cristiandad, que muchas veces la dejamos de lado por los quehaceres del hogar, las labores del trabajo o estudio. Estos cuarenta días representan, los cuarenta días y cuarenta noches que Jesucristo camino por el desierto y realizó el ayuno, cuando tuvo hambre el demonio fue a tentarle y Jesús invocando la palabra de su Padre se deshizo de él.
El inicio de la semana santa
El domingo de ramos es el último día de la Cuaresma y el inicio de la semana santa, conmemora la entrada mesiánica de Jesús a Jerusalén junto a sus apóstoles. En diversas partes del mundo se acostumbra entregar durante la eucaristía, ramos de palma que simulan los utilizados por lo creyentes de aquel momento en Jerusalén, para crear un arco triunfal y saludar al Mesías.
De ahí en adelante ocurren sucesos de importancia, como la condena y traición de Judas Iscariote a Jesús, el cual lo vendió por treinta monedas de plata, la noche de oración de Jesús en el monte Getsemaní, la última cena con sus santos apóstoles y la pasión y crucifixión de Cristo el Viernes santo.
¡Cristo ha resucitado!
Al tercer día de haber sido crucificado, Jesús resucita y visita a sus apóstoles, quienes maravillados por lo que estaban viviendo aún no entendían lo que pasaba, como Santo Tomás de Aquino que incrédulo a lo que sus ojos observaban, Jesús se le acercó y lo instó a verle y tocarle los estigmas que tenía en sus manos. Este domingo se da finalización a la semana santa y el comienzo de la pascua.