Agua es salud y una inadecuada o insuficiente hidratación se traduce en la disminución de la concentración, del rendimiento y desempeño físico, de la memoria a corto plazo y en un mayor cansancio. La deshidratación incrementa también los esfuerzos cardiovasculares.
El agua es un líquido vital que interviene en múltiples procesos y funciones corporales y de allí que la hidratación diaria sea factor indispensable para el cabal funcionamiento y desempeño del organismo. Un adulto sano que, a causa de ejercicio físico o por exposición al calor, presente deshidratación verá afectada su capacidad de respuesta y algunas otras funciones vitales.
Las aguas minerales para consumo humano deben ser puras y libres de elementos químicos o microbios.
Hidratación y su incidencia en la salud
Los estudios e investigaciones adelantados en materia de agua y salud, arrojan resultados de acuerdo a los cuales la deshidratación en las personas tiene una incidencia directa en el incremento o aumento de esfuerzos cardiovasculares y cuando las cifras superan el 10% del peso corporal total es imprescindible recibir atención médica que conduzca a la recuperación.
Las aguas minerales naturales, puras y ricas en oligoelementos son las más recomendadas para garantizar una apropiada hidratación. Deben también ser libres de elementos químicos y microbios. Por lo general la composición mineral del agua va a variar dependiendo de la roca a través de la cual se filtre, así como del tiempo, profundidad y temperatura durante su recorrido por el subsuelo.