Los índices de contaminación en los los diferentes ecosistemas acuáticos de latino América aumentan a pasos agigantados y se habla de que alrededor de un 70% de los cuerpos de agua de la región y que es usada en las ciudades, industrias y agricultura regresa a los ríos y lagos sin ser tratada incrementando los riesgos de enfermedades, deterioro de los suelos y poco acceso al agua potable.
Debido a las características económicas y culturales de la región, los más vulnerables a los efectos de la contaminación de aguas son quienes habitan en zonas rurales, las mujeres que son quienes hacen uso de las mismas para las labores domésticas y los pescadores.
Cifras alarmantes
De acuerdo a cifras divulgadas por las Naciones Unidas, cerca de mil ochocientos millones de personas en el mundo hacen uso de aguas contaminadas por su exposición a materia fecal, lo cual representa riesgo más elevado de padecer infecciones tales como cólera, tifus o polio.
Estos número tienden a empeorar cuando se tiene en cuenta las deterioradas infraestructuras sanitarias y los pésimos hábitos o prácticas de higiene por parte de las personas, lo cual representa la causa de más de 800 mil muertes al año.
Resulta alarmante el hecho de que las aguas utilizadas regresen en más de un 80% a los ríos y lagos sin ser tratadas, si se tiene en cuenta que en caso contrario representaría una potencial fuente de energía y nutrientes en diversas actividades como la agricultura. El no tratar las aguas amenaza la producción de alimentos y reduce el acceso al agua potable, además del franco deterioro y modificación de los ecosistemas, poniendo en riesgo las diversas formas de vida que los componen.
Hoy en día la contaminación del agua se extiende a una cuarta parte de los ríos de América Latina.
Los ríos de América latina, entre los más contaminados a nivel mundial
Son las ciudades las que registran peor uso y aprovechamiento del agua, lo cual es predecible teniendo en cuenta que albergan alrededor de un 80% de la población total del mundo. En América Latina tres cuartas partes de las aguas negras o residuales regresan a los ríos y demás fuentes hídricas, generando graves problemas de salud pública y para el medio ambiente. Adicionalmente la contaminación de los cuerpos de agua de esta región acarrea severas implicaciones ecológicas sobre un tercio de las fuentes de agua del mundo entero.