El agnosticismo es una doctrina filosófica en la que se afirma que solo se puede adquirir conocimiento, de aquellas nociones relacionadas con Dios y con lo absoluto, partiendo desde nuestras experiencias personales, en otras palabras se trata de la renuncia al conocimiento de cosas que no están basadas en las ciencias.
El agnosticismo hace referencia a la postura de todos los agnósticos, que parte del hecho de que no existe la posibilidad conocer en su totalidad algunas cosas, sobre todo cuando se trata de temas religiosos. Este término se dio a conocer por primera vez en 1869, gracias al biólogo Thomas Henry Huxley, mientras se desarrollaba el Encuentro de la Sociedad Metafísica en Londres.
En su momento, Huxley definió este término como una oposición al gnosticismo, que se basaba en el conocimiento de verdades ocultas y que no son posibles porque no incluyen conocimiento obtenido a través de la experiencia.
En muchas ocasiones el agnosticismo se ha asociado con escepticismo, porque ambas filosofías rechazan y cuestionan las creencias naturales religiosas, sobre todo las cristianas, comprándolas con el impacto de los descubrimientos científicos actuales. Sin embargo, el escepticismo tiene una diferencia notable con el agnosticismo, porque este se basa más es la razón que en las dudas.
Realmente el agnosticismo tiene una fuerte relación con el positivismo, porque ambas aseguran que todo conocimiento proviene de la experiencia, aunque se presenten diferencias en el aspecto metodológico. El agnosticismo no guarda ninguna relación con el ateísmo, porque este niega la existencia de Dios y el agnosticismo se refiere a la imposibilidad de obtener conocimientos sobre Dios derivados de conocimientos religiosos.
